Plataforma Acción Climática Participativa

Innovar para la gobernanza climática participativa en el Gran Chaco Americano

El proyecto Acción Climática Participativa genera insumos para la gobernanza socioambiental orientada a lograr las metas de cambio climático y contribuir con las NDC.
16 de Julio de 2021 a las 12:12

El Acuerdo de París, el Acuerdo de Escazú y las nuevas legislaciones en los países del Gran Chaco Americano marcan el camino hacia nuevas formas de toma de decisión y gobernabilidad ambiental. Sin embargo, el desafío es crear nuevos instrumentos adecuados para abordar la complejidad de los territorios y las luchas por la protección de este gran bosque y sus comunidades indígenas y campesinas de América Latina. En ese sentido, el proyecto Acción Climática Participativa genera insumos para la gobernanza socioambiental orientada a lograr las metas de cambio climático y contribuir con las NDC.

 

"Reimaginar, recrear, restaurar" es el desafío global frente al cambio climático y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La región del Gran Chaco Americano es el segundo bosque más grande de América Latina, siendo el primero la Amazonia. Este bosque semiárido compartido por Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil está siendo escenario del mayor proceso de deforestación de la última década, y su cambio del uso de suelo para producción agropecuaria extensiva está afectando a la principal población de este ecosistema: las comunidades campesinas e indígenas. 

En enero 2021, el proyecto "Acción Climática Participativa: integrando los retos del cambio climático en el Gran Chaco Americano" (ACP), una iniciativa del Componente Bosques, Biodiversidad y Ecosistemas (BBE) del Programa Euroclima+, lanzó un libro analizando el escenario del chaco argentino y paraguayo. En esta publicación se problematiza sobre los aspectos sociales y ambientales, así como los aspectos político-normativos buscando responder: ¿cómo los Estados diseñan sus estrategias de abordaje socio-ambiental en clave “regional” y “local”? ¿hay estrategias micro, meso y macro? ¿los Estados nacionales tiene estrategias compartidas? ¿cómo se plantea la participación ciudadana? ¿qué implica el escenario actual y cómo se podría mejorar la proyección ambiental y socio-productiva regional?
 
Paula Juárez, coordinadora de ACP Argentina y directora de proyectos de Fundación Plurales, explica algunos de los desafíos encontrados: “Hasta ahora los organismos internacionales y los Estados nacionales proponen estrategias generales y dividida por planes temáticos -Bosques, Agricultura, Transporte, entre otros -, esperando que los gobiernos provinciales y locales adopten y ejecuten esa planificación a sus realidades. Sin estrategias diferenciadas por tipo de ecosistemas o regiones. En Argentina, el Gran Chaco es compartido por partes de los territorios de 13 gobiernos provinciales, y aún no hay un claro plan de acción coordinado entre esos gobiernos para abordar la región. Ni lo hay entre los Estados nacionales que comparten esta región. Esa realidad nos marca la necesidad de diseñar e implementar políticas y estrategias de gobernanza ambiental que se adecuen bien a la diversidad ecosistémica de los territorios, ponderando las capacidades técnicas, las necesidades económicas de las diversas instancias de gobierno. Hay mucho por construir para lograr la gobernanza ambiental participativa”. Y agrega que “el Chaco Argentino es la región más pobre de Argentina y Paraguay y sus zonas rurales presentan fuertes conflictos territoriales por el avance de industrias extractivas sobre el bosque, esta región requiere una estrategia trabajada desde los territorios - con fuerte eje en las organizaciones y los gobiernos locales que son los que enfrentan diariamente los problemas sociales y ambientales como pueden-, con financiamiento y apoyo técnico bien articulado y coordinado con los gobiernos provinciales y nacional”. 

A su vez, además de la acción estatal, un proceso de gobernanza ambiental requiere de la articulación y coordinación con diversos actores, en este sentido, otro problema es lograr incentivar  procesos interinstitucionales en la región del Gran Chaco. En Argentina, la “Red de Municipios frente al Cambio Climático” (RAMCC), que inició en 2010, es referente a nivel internacional por impulsar procesos de planificación local, sin embargo, tiene poca presencia en la región chaqueña. Mientras en Paraguay, la iniciativa “Chaco integrado” (inició en 2019) está en proceso de construcción. “Es clave fortalecer los procesos de planificación ambiental ya existentes, brindarles nuevas herramientas y contribuir a que puedan mejorar sus estrategias en la región chaqueña”, dice Juarez.  

 

Hacia una planificación abierta y justa ambiental y socialmente 

Frente a los desafíos de la región Gran Chaco, desde junio 2019, el proyecto ACP contribuye a la gobernanza ambiental participativa con énfasis en el apoyo a los gobiernos locales y las comunidades del bosque chaqueño - campesinas e indígenas- considerándolos como los principales defensores ambientales del territorio. Para lograrlo el proyecto desarrolló diversas modalidades de planificación frente al cambio climático.

En Paraguay, los 4 gobiernos del Gran Chaco ya tenían planes locales de adaptación al cambio climático, pero los instrumentos no habían sido fruto de procesos participativos y terminaron siendo poco operativos en la práctica. Mientras en Argentina, los municipios no contaban con planes e instrumentos de gestión ambiental. 

Para revertir esta situación, y en virtud de construir diálogos ambientales, Acción Climática Participativa construyó debates regionales, nacionales y locales para trabajar sobre el Desarrollo regional teniendo en cuenta sus ejes transversales: una visión de justicia ambiental y social, la perspectiva de género -ponderando el rol de las mujeres-, y la prioridad del agua en el semiárido. En paralelo, se desarrollaron procesos de formación y capacitación para gobiernos locales y organizaciones de los territorios sobre adaptación y mitigación al cambio climático: bosques y agroforestal, agroecología, gestión comunitaria del agua, comunicación, entre otros temas. 

A partir de esos espacios, en Paraguay se realizó un monitoreo de los 4 planes preexistentes.  Mientras en 7 localidades de Argentina se adecuaron y construyeron nuevas metodologías de planificación colectiva. En ACP una de las cuestiones más significativas es la articulación y adecuación de metodologías propuestas a nivel internacional para la planificación local de adaptación y mitigación al cambio climático, con la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global N° 27.520, y la generación desde ACP de un instrumento nuevo que son las Mesas interinstitucionales de Acción Climática como espacios de planificación, y desde ahí co-diseñaron los primeros Planes Locales de Acción Climática que cumplen con los estándares de participación y gobernanza  internacionales y nacionales.

Entre 2020 y 2021, a pesar de la pandemia, el proyecto ACP Argentina, con una alianza con la RAMCC y la ENI Argentina-International Land Coalition, fue posible fortalecer colectivos en diferentes territorios del país para proyectar acciones frente al cambio climático en el Gran Chaco. En este sentido, gracias a esta modalidad de planificación, ya se cosechan proyectos de acceso a agua, forestación, alimentos resilientes al clima, entre otras.

Los siete "Planes Locales de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático" impulsados por ACP son los primeros que cumplen desde su proceso de elaboración con las normativas y políticas, pero fundamentalmente visibilizan las necesidades y las propuestas generadas desde las voces de los actores locales y regionales de los territorios rurales. 

Un proceso de gobernanza ambiental participativa modelo 

Una verdadera gobernanza ambiental participativa del territorio chaqueño requiere explorar y recorrer nuevos caminos, aprender, ajustar y redoblar las acciones. A través de ACP Argentina en cada localidad se constituyeron las Mesas Locales de Acción Climática, instrumento específico para diseñar y construir los "Planes Locales de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático" (PLAMCC) de manera conjunta entre distintos actores de cada localidad y zona de influencia. 

En diciembre 2020 y en marzo 2021, se lanzaron los 7 planes locales de acción climática apoyados en Las Breñas (Chaco), Villa Tulumba (Córdoba), Patquía y Olta (La Rioja), El Mojón, Villa Matoque y San José del Boquerón (Santiago del Estero). Las organizaciones integrantes de las Mesas Locales de Acción Climática participaron de esta instancia reforzando su interés en las herramientas y procesos propuestos. A su vez, en los gobiernos locales de Santiago del Estero, dados los altos índices de vulnerabilidad social y las mayores dificultades encontradas en el territorio, ACP impulsó una Mesa interlocal de Acción Climática del Salado Norte (la articulación de tres mesas locales) que tiene por objetivo potenciar y construir sinergias entre estas localidades para que puedan aprovechar mejor sus capacidades y recursos, y puedan plantearse iniciativas de mayor escala.

“Estas herramientas tienen por finalidad aunar y vincular las voces de los gobiernos locales con las de otras organizaciones, públicas y privadas, de cada uno de los territorios, especialmente de las comunidades campesinas e indígenas del Gran Chaco. Tiene una particularidad más, que es generar de manera colectiva la gobernanza de esos territorios poniendo sobre la mesa las diferentes problemáticas, capacidad y recursos que existen, no solamente del gobierno local sino de otros actores. Buscando generar una planificación que tenga en cuenta, tanto en la definición de los problemas como de las soluciones, cómo construir efectivamente y de manera dinámica un proceso de planificación que permita a estas localidades responder frente a eventos climáticos como las sequías y las inundaciones. O a diferentes problemáticas socioambientales como puede ser la deforestación y la subsecuente extensión de la frontera agropecuaria, o las cuestiones vinculadas a contaminación de recursos naturales por distintas empresas extractivistas”, detalla Paula Juárez.

Entonces, a partir de esos procesos se pudo construir cada Plan Local de Acción Climática, que tuvo tres etapas. En la primera, se generó un Análisis de Vulnerabilidad socioambiental de las localidades; en la segunda, se realizaron los Inventarios de Gases de Efecto Invernadero y en la última etapa, se definió la planificación para la resolución de las problemas socioambientales identificadas. Esta última etapa busca generar una perspectiva hacia 2030, pero también, definir las primeras acciones para cada Mesa Local de Acción Climática para el año 2021. 

En ese camino, durante el año 2021, el proyecto de ACP viene acompañando el diseño y la ejecución de acciones previstas en los Planes y se están apoyando pilotos demostrativos con las organizaciones campesinas e indígenas, a los fines de reforzar todo el proceso participativo que se viene realizando a nivel político y de gobernanza. En ese camino, más de 800 familias rurales, se benefician con los pilotos. En este sentido, el proyecto considera vital que el proceso de gobernanza esté acompañado por resultados materiales concretos en los territorios que estimulen y potencien las mesas locales.

Paula Juárez destaca además, que “este tipo de herramienta lo que hace es, fortalecer los territorios porque ya no se focaliza solo en un actor, sino en diversos actores locales, no se focaliza en alguna mirada particular sobre los problemas, sino en buscar construir una visión colectiva de la situación problemática y de la situación objetivo que tienen estos territorios, para poder generar soluciones más sistémicas y a su vez construir una dinámica que genere un aprovechamiento de todas las capacidad y recursos que existen en cada zona”. Asimismo, subraya que la pandemia restringió bastante la escala de la iniciativa, pero aun así, los resultados presentan fuertes aprendizajes metodológicos para construir una gobernanza fuerte en la región chaqueña. 

Franco Ciafrandini, equipo técnico de la RAMCC, explica que es fundamental que exista esta herramienta creada por ACP, “le da un enfoque participativo al Plan, hace que el gobierno local, más allá de haber tomado la decisión de trabajar en cambio climático, lo abra, lo haga participativo y trascienda a una gestión, a una política partidaria y se transforme en una política pública y se pueda pensar en largo, mediano y corto plazo, y no en lo que dura una gestión. Está bueno que el plan sea de un territorio y no de un gobierno. Articularlo con distintas organizaciones y debatirlo en este tipo de escenarios, creo que es fundamental. Que las organizaciones y la sociedad civil en general lo haga suyo y que en nuevas actualizaciones siga participando, se siga involucrando, eso hace que las acciones propuestas ahí se puedan llevar a cabo con mayor seguridad”. La RAMCC ha apoyado el diseño de casi 200 planes, pero estos 7 planes son los primeros que desarrolla trabajando no solamente con los municipios sino con otros actores locales y particularmente integrando voces de áreas rurales. A su vez, la RAMCC marca la importancia de estos planes porque son municipios de menor escala y de las regiones del norte que no suelen estar vinculadas a la Red. 

El proyecto Acción Climática Participativa: integrando los retos del cambio climático en el Gran Chaco Americano propende la generación de una visión y una forma de abordar la gobernanza y la planificación climática participativa de maneras vinculadas. Vinculando no solamente una visión estática sobre los procesos, sino una visión dinámica. Lo que se busca es subrayar la importancia de tener maneras de vincular distintos tipos de actores en los territorios, el gobierno municipal, las organizaciones públicas, privadas y campesinas que puedan trabajar de manera colectiva y coordinada, para generar soluciones de manera sistémica a los problemas socioambientales que están presentes en la región del Gran Chaco Americano.

Particularmente, estos nuevos instrumentos metodológicos, como las mesas interinstitucionales de acción climática, buscan fortalecer los diálogos pero también fortalecer, a partir de la construcción de materialidad, de nuevas formas de innovar en los territorios para construir nuevos tipos de soluciones. En ese sentido, no es solamente articular entre actores locales sino también, buscar constituir una modalidad de gobernanza que sea a nivel local y que esté articulada con la política y los actores provinciales, nacionales y regionales. Reforzando la gobernanza a todo nivel.

El desafío es grande, Acción Climática Participativa trabaja con realidades muy distintas en la región, pero en todos los casos, lo que se observa es que hay una fuerte aprehensión de estas nuevas estrategias e instrumentos para brindar mejores respuestas al cambio climático en el Gran Chaco Americano.