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El Gran Chaco Americano


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El Gran Chaco Americano es una ecorregión boscosa de excepcional diversidad, tanto ambiental como social. Por su extensión (1.066.000 km2), constituye la mayor masa boscosa de Sudamérica, después de la Amazonía, y comprende territorios de Argentina (62,19%), Paraguay (25,43%), Bolivia (11,61%) y Brasil

(0,77%). La amplia variedad de ambientes que presenta, como bosques y arbustales, pastizales, sabanas, esteros y humedales, se traducen en una vasta diversidad de especies vegetales y animales que hacen de esta región un área clave para la conservación de la biodiversidad.

Desde el punto de vista social y cultural, es destacable la diversidad de grupos étnicos presentes en la región: wichís, chorotes, ayoreos, tobas, pilagás, guaraníes, matacos y criollos entre otros. Pueblos originarios y criollos conviven en los mismos territorios desde hace siglos, realizando usos del suelo diferentes y muchas veces incompatibles. Tradicionalmente, los pueblos indígenas se dedicaban a la caza,la

pesca y la recolección, haciendo un uso intercomunitario de los recursos. La introducción de la ganadería fines del siglo XVII por parte de los criollos generó conflictos con respecto al uso y tenencia de la tierra.

En las últimas décadas, la degradación de los recursos naturales en la región, generada por la explotación no planificada de los mismos, se vio fuertemente agravada por el avance de la agricultura a gran escala, la explotación de recursos hidrocarburíferos y la construcción de grandes obras de infraestructura.  El aumento vertiginoso de la deforestación, que ningún instrumento normativo ha logrado frenar hasta el momento, atenta contra la sustentabilidad de los ecosistemas y sistemas sociales. La creciente fragmentación del paisaje, el aumento del riesgo de erosión y los cambios de los balances energéticos, entre otras consecuencias del desmonte, modifican la provisión de servicios que las sociedades pueden

obtener de los ecosistemas y, a su vez, producen cambios en las economías afectando la calidad de vida de las comunidades, sobre todo de aquellas que dependen más estrechamente de los recursos naturales de esta ecorregión.

Esta compleja problemática plantea una urgente necesidad de intervención. Es imprescindible que la sociedad toda se involucre en la búsqueda de soluciones para lograr un desarrollo sustentable de esta región, que contemple la conservación de su biodiversidad, el planeamiento del uso del territorio y el empoderamiento de las comunidades indígenas y criollas, actualmente marginalizadas.